LOS NIÑOS DEL INFORTUNIO

Infortunio es sinónimo de desgracia. La fortaleza de esas palabras hace pensar de inmediato en catástrofes y pesares. Eso fue, precisamente, lo que encontró el político y escritor venezolano Tarek William Saab al llegar al lejano Pakistán en octubre de 2005 tras el paso devastador del terremoto por ese país.Y a su vez halló la dicha de la entrega humana, del desinterés personal, de la solidaridad de los integrantes de la Brigada Médica Cubana: "Henry Reeve", quienes, en hospitales improvisados, atendieron a los desvalidos, quienes sufrieron traumatismos diversos y sobre todo, a los niños, a los niños del infortunio, como tituló su libro de crónicas.