Sinopse
Resulta difícil aprehender en toda su magnitud la figura de Konstantin Stanislavski, con toda la genialidad del actor, director, escritor, pensador, innovador y renovador que fue. No obstante, resulta indiscutible que dentro de todas esas facetas siempre se observa un Stanislavski perseverante y consecuente, persuadiendo a todos, incomprendido, y muchas veces solo, en busca de esa fugaz e inaprensible verdad artística que refulgía a veces en la actuación de Tommaso Salvini, Eleonora Duse y Chaliapin, o en las obras de Ibsen, Chéjov, Gorki o Maeterlinck.