TRABAJAR CON EL CORAZÓN (POLÍTICA Y DERECHO)

EN LA conclusión de Trabajar con el corazón, Michel Rocard, figura renovadora del socialismo francés y ex primer ministro de Francia bajo la presidencia de François Mitterrand, se pregunta cómo podríamos dejar de hablar de riqueza. Según él, en la búsqueda de igualdad de oportunidades y de justicia social, algunos hombres de izquierda o socialistas a veces creían que debían combatir la existencia misma de la riqueza. Grave error. Aún no se ha encontrado -y quizá no se encuentre nunca, dice- un móvil más poderoso que el propio interés para impulsar al hombre a trabajar y a producir.Este interés, asegura Rocard, puede ser de varias clases: passión intelectual, amor al trabajo bien hecho, sentimiento de lo útil, expansión creadora, o también un deseo respetable de ganar dinero. Para el autor, debía ser posible hacer fortuna por medio del trabajo, pero hoy, agrega refiriéndose al caso de Francia, el trabajo es gravado con enormes impuestos: no así las fortunas y menos aún los rendimientos que éstas producen.Al desarrollarse el mundo de las finanzas, anota Michel Rocard, se crea una riqueza aparente, artificial, porque no tiene ninguna relación con la auténtica producción: es en gran parte parasitaria. Y agrega que la ostentación de esta riqueza -las especulaciones en la bolsa o los sueldos de las "estrellas" de la farándula- desmoraliza lo mismo a los asalariados que a los campesinos, cuyas actividades prestan verdaderos servicios o producen riqueza auténtica.