Sinopse
Si partimos de que el término drakar lo inventó en el año 1843, en plena marea romántica, el francés Auguste Jal, o que los cascosvikingos jamás llevaron cuernos, puede sorprendernos lo poco que sabemos de las características culturales, religiosas y militares de unacivilización rodeada de tremendas inexactitudes debido al furor nacionalista germano y escandinavo de los siglos XIX y XX y a laslicencias históricas que se toma sin ninguna vergüenza la industria del espectáculo.