Sinopse
De pronto, el bebé se echó a llorar. Óscar lo acunó, lo cogió en brazos
pero no paraba de llorar. Le cantó una nana, lo paseó por la casa
¡No sirvió de nada! Entonces Óscar pensó: Este bebé tiene hambre
Buscó por la cocina, pero la nevera estaba vacía.Este cuento de Charo Pita y Madalena Matoso incide en la normalización de la lactancia que aparece contextualizada como parte intrínseca de la vida de los niños, de sus familias y de la sociedad.La mirada inocente del pequeño protagonista nos recuerda la magia que existe en muchas manifestaciones de la vida ¿como la posibilidad de amamantar¿ y de las que los adultos no somos plenamente conscientes por habituales.Y, mirando la compra con curiosidad, pensó: ¿Qué traerá para darle de comer al bebé? Tía Elisa dejó las bolsas, se sentó en el sofá y abrazó al bebé, que no paraba de llorar. Después se desabrochó la blusa. Entonces, el bebé se quedó callado y empezó a comer. ¡MAGIA! -dijo el abuelo.Los niños viven en un eterno presente. Les resulta difícil situarse en un futuro que vaya más allá del mañana y el pasado se limita al ayer. Por eso, es fácil comprender que, para dar de comer al bebé, Óscar recurra a los productos que forman parte de su alimentación actual (pasteles, zanahorias, huevos, sardinas y jamón).De este modo, su periplo resulta divertido y, a la vez, conmovedor porque Charo Pita nos presenta a un niño que se desvive por ayudar a un ser que ni tan siquiera comprende y, pese a ello, no desiste en su empeño.