HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Durante algún tiempo examiné las diferentes ocupaciones a que se entregan los hombres en este mundo, y traté de escoger la mejor. Pero es inútil reproducir aquí las ideas que acudieron a mi mente; básteme decir que, por mi parte, nada me pareció mejor que la realización rigurosa de mi propósito a saber: emplear todo el tiempo de mi vida en desarollar mi razón y en buscar las huellas de la verdad, según me había propuesto. Pues los frutos que ya he recogido en este camino son tales que, a mi juicio, en esta vida nada se puede encontrar que sea más agradable y más inocente; una vez que empecé esta clase de meditaciones, cada día descubría una cosa nueva de alguna importancia y desconocida hasta entonces.